¡¡Por Dios que se fue rápido este invierno!!! Un invierno muy helado... tal vez el más helado que mi anatomía recuerde. La combustión lenta (estufa a leña), tan típica del sur chileno, no paró de funcionar y a ratos pareció que no era capaz de generar ese calorcito tan necesario para contrarrestar el frío.
Así recibimos la primavera en esta parte del mundo: con un sol radiante y vestigios de la nieve caída durante días previos a su llegada.
¡¡Ya era hora... la esperábamos con ansias!!
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