Ayer leí en un blog norteamericano la historia de un matrimonio que sufre por la repentina enfermedad de uno de sus 2 amados gatos y cuánto hacen para que se recuperen. Me llegó al alma. Es increíble el amor que uno le puede llegar a tener a las mascotas. Son parte de nosotros y de nuestras historias de vida.
El nuestro es un miembro más de la familia y recorre con plena libertad toda la casa. Le gusta observar lo que hacemos, especialmente si se trata de comida.
Este es uno de sus lugares preferidos: sobre el refrigerador. Desde ahí puede observar el panorama completo y nada se le escapa.