jueves, 20 de septiembre de 2012

Amor incondicional

        Ayer leí en un blog norteamericano la historia de un matrimonio que sufre por la repentina enfermedad de uno de sus 2 amados gatos y cuánto hacen para que se recuperen.  Me llegó al alma. Es increíble el amor que uno le puede llegar a tener a las mascotas.  Son parte de nosotros y de nuestras historias de vida.
        El nuestro es un miembro más de la familia y recorre con plena libertad toda la casa.  Le gusta observar lo que hacemos, especialmente si se trata de comida.



        Este es uno de sus lugares preferidos: sobre el refrigerador.  Desde ahí puede observar el panorama  completo y nada se le escapa.

  

1 comentario:

  1. Hola María Isabel... no había visto esta entrada... es verdad, se les quiere un montón y cuando se ponen pachuchos lo pasas fatal, yo tuve que sacrificar a dos, porque ya no tenía solución y era muy duro verlos sufrir. Pero también te dan muy buenos momentos... al mío le gusta subirse en la campana extractora de humos de la cocina y desde ahí arriba observarlo todo jajaja.. vista panorámmica. Tu gatito es muy guapo también!!!
    feliz semana
    carmen

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